Hace tiempo dejé de referirme a la juventud desde un aspecto plural. Mi interés se centra en el conflicto generacional y el problema que comporta. Hacerlo desde un aspecto plural me parece una equivocación porque los jóvenes forman una extensa variedad de grupos dinámicos y separados. Poco tienen que ver los conflictos de los trabajadores, con los del universitario o los que atenazan a los chicos en paro y los de marginación social. Por lo general cuando nos referimos a este problema centramos demasiado la antención en los hijos concediendo muy poca atención a los progenitores. He sido hijo, he llegado al enfrentamiento, también a la ruptura y por último fuí padre, Me abstengo de juzgar sobre un hecho tan viejo como el hombre pero dejo en el aire la idea de que si al variar los patrones educacionales por el “todo vale” conlleva un cambio o la anulación del abismo generacional.